miércoles, abril 11, 2007

tratado sobre la necedad (y 03)

retrato tercero: El Necio
Mirando su reflejo, en la superficie plateada el necio encuentra la multitud, al otro, al diferente y comprende que es, precisamente, esta variedad lo que da coherencia y posibilidad al futuro. "No es de ellos el mundo -se dice y se dicen-, pero debemos aprender a sumarnos y a reconocernos distintos, para empezar a construir el mundo que nos pertenece, es decir; el que soñamos juntos". No hay en este cuerpo multiforme una sola voz ni un solo camino, no hay, por tanto, nada que en dentro de él exista sino existe también, y sobre todo, afuera.

III
A lo largo de la historia mítica de la humanidad, el embaucador, el mentiroso ha jugado siempre el papel del rebelde real: Se burla de la autoridad y escapa de ella. En contra de la voluntad de los dioses, puede traer la luz a los mortales robando el sol o la caja que contiene la luz del día. Puede ser inventor de cepos, trampas y redes, dispositivos para el engaño que otorgan a los mortales la habilidad de autoalimentarse. Sabe cosas que desconocen los mortales y las utiliza para provocar cambios. Abre puertas insospechadas, hace cosas nuevas, es un artista del timo que suele ser demasiado inteligente para su propio bien.
Prometeo, Gilamesh, Hum-Hunanpu y su hermano Ixbalanque, Loki, Hermes y Krishna (por mencionar sólo algunos) juegan con los dioses a la manera en que bugs bunny se enfrenta al cazador armado hasta los dientes; con astucia, con mentiras. Arrebatan de los dioses y los reyes aquello que les da poder y potestad sobre los otros; el embaucador es una fuerza perturbadora que cambia el mundo, redistribuye capacidades y bienes.
La historia real no carece de figuras de similar valía, si bien sus acciones no suelen ser tan espectaculares y sus procesos mucho más tardados, el resultado, finalmente, la transformación del mundo; cambiar el orden existente por otro distinto.
El embaucador es, la mítica personificación de la ambigüedad y la ambivalencia, de la doblez y la duplicidad, de la contradicción y la paradoja. La personificación de la creatividad en sí misma, el inventor de las realidades potenciales alternas que se han creado.

Múltiples son, en la historia real, estas figuras (algunas públicas, otras anónimas); los rebeldes de todos los tiempos, los creadores de ficciones. Aquellos que abren las ventanas hacia otros mundos posibles y permiten ver a través de ellas a todo aquel que se les acerque.
No es éste el papel de todas las ficciones ni, mucho menos, su motivación primera. Sin embargo; comienzan a revelar, aún sin quererlo, que el rey, en efecto, va desnudo y sólo se viste de la ansiedad de poder de quienes desean servir, en vez de vivir.
Por eso los múltiples rostros de Hegemon a lo largo de la historia han pretendido, dominar no sólo las acciones de los hombres sino sus sueños, sus proyectos y su memoria.
Hegemon se proclama único usufructuario del lenguaje, del contexto y de la memoria. De esta manera, el Gran Hermano inventa y reinventa el pasado, por él se legitima y lo utiliza como coartada para sus errores (para sus horrores).
Sin embargo, los individuos a lo largo de la historia han encontrado siempre la manera de soñar más allá de los límites de Hegemon y retratarlo en toda su ridiculez, su insignificancia, sus ineficiencias; su ineptitud.
Porque en las mentiras que cuentan los rebeldes de todos los tiempos, reconocemos nuestras propias limitaciones, nuestras propias aspiraciones, nuestros propios sueños. A través de las ficciones vivimos la vida no como es, sino como la deseamos.
Vivir la vida que uno no vive es fuente de ansiedad, un desajuste con la existencia que puede tornarse rebeldía, actitud indócil frente a lo establecido. Salir de sí mismo, ser otro, aunque sea ilusoriamente, es una manera de ser menos esclavo y de experimentar los riesgos de la libertad.
Las ficciones, sus mentiras, cumplen la función de enseñarnos a sentir; de abrir nuestra mente a otra realidad posible. En metáfora escultórica, a través de las ventanas que la literatura abre ante nosotros, dejamos de ser estatuas y nos transformamos en individuos.
A través de las ventanas adquirimos la conciencia (conSciencia) del ser, del haber sido y, sobre todo, del desear ser. La noción del YO, del retroyecto (memoria) y del proyecto (deseo).
Por supuesto, la literatura no es ventana única ni única visión, sino visiones; ventanas. Múltiples caminos para múltiples realidades posibles, de las cuales apropiamos, elegimos, aprehendemos, resignificamos, aquello de lo que construimos nuestra propia realidad posible.

Obstinados, necios, aquí se encuentran todos: el loco y el callado, el soberbio y el humilde, el que por primera vez encuentra la calle y la muchacha de mirada de mañana. Aquí se encuentran todos: juntos y dispersos, únicos y unidos, Todos somos Marcos y I'm Spartacus. Son el Pueblo se Seattle, no los globalifóbicos, sí los globalizadores de la esperanza.
Aquí se encuentran todos, los diversos, unidos por la dirección de la mirada; la que apunta hacia el amanecer de Un Mundo Mejor Es Posible. Aquí se encuentran todos, los diversos, los que desde distintas trincheras y con distintas armas construyen el futuro.
Distintas trincheras y distintas armas, queda escrito; distintos caminos a la misma Babel. Son los diversos, los que se reconocen iguales en sus diferencias; en ello radica su principal fortaleza y su más grande debilidad.
Los planteamientos altermundistas son complejos, pero pueden ser reducidos a una simple frase; Piensa Global y Actúa Localmente. La globalización (al menos la que desde el Poder se ha impuesto) genera problemas comunes en todo el mundo, pero estos se manifiestan de manera distinta en cada parte del orbe y deben ser atacados de acuerdo a la naturaleza de cada pueblo.
Cada grupo, cada colectivo genera sus propios mecanismos de respuesta, por ello no hay líderes visibles; finalmente, en un mundo donde caben muchos mundos, cada iniciativa es, de sí, su propio líder.
Por supuesto, esto genera sus problemas, sin rostros de caudillos, sin una figura central a la cual se supediten las acciones, los acuerdos pueden perderse en el concierto de las voces de Babel. Queda escrito, nadie ha dicho que el parto del mañana sea tarea sencilla.
No ha sido tarea fácil y muchos obstáculos y tentaciones faltan aún en el camino de los nuevos amaneceres. No todos los que ahora se confiesan altermundistas llegarán a ver el nuevo futuro. Nuevas voces se sumarán al concierto y nuevas trincheras serán cavadas.
Mientras los coros de la calle no decaigan, mientras los puentes tendidos se mantengan, renueven, muten y se multipliquen: el Mundo Mejor que debe construirse, seguirá siendo Posible.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Se sabe: lo mejor de la utopía es que nos hace avanzar hacia ella, ir construyendo un camino. Si llegamos o no llegamos, al final da igual porque, mientras nos dirigimos a su encuentro vamos construyendo y mejorando.

Besos

3:06 a.m.  

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