Atónito, observa el número parpadeante de la contestadora telefónica del departamento de María. En las últimas semanas ha hecho del venir aquí por las tardes una costumbre clandestina. Se ha asegurado de no dejar ningún rastro visible de su constante presencia entre estas cuatro paredes y a nadie ha hablado de sus viajes hasta acá. Aún así, observa el número parpadeante en la contestadora telefónica, la cual ha estado encendida tantos años sólo porque a María le disgustaba perder las llamadas por el simple hecho de no estar en casa. Mensualmente paga el recibo a la compañía telefónica, a ella le disgustaba tanto cuando cortaban el servicio por retraso; sabe a ciencia cierta que nadie ha llamado a o desde este departamento en, por lo menos, cinco años.
Nadie tiene este número y quien pudiera tenerlo hace años que lo ha perdido u olvidado, pero un mensaje aparece insistente en la pantalla...
Soy yo, no se sorprenda... Si ha visto dentro del sobre, deberá saber que no me es difícil localizarlo, que sé... Que saben de usted muchas cosas, desde hace más tiempo del que se imagina.
Reconoce la voz ronca, enferma, el hablar apresurado. De nuevo se escucha el accionar de una grabadora al otro lado de la línea...
Verás, es sobre fantasmas... Sí, sí, sé que no la conocí tan bien como tu, o tal vez sí, hasta entre tu y yo hay alguno secretos, ¿no es así?
Pero me estoy desviando del tema. Se trata, te decía, de fantasmas... ¿Cómo te lo digo? Mira, a algunos les da por hablar con los que se quedaron. No tiene nada que ver sesiones espiritistas; es sólo un asunto de nostalgia.
Otros, simplemente nunca se fueron; sólo desaparecen, pero no se van... Ese el caso de quien hoy nos ocupa; por ahí camina su fantasma. No busques en los lugares de su muerte, es mejor hablar con quienes fueron su vida cotidiana; no los momentos culminantes, sino los que ayudaban a construir cada día igual y distinto al anterior.
...
Hay una cosa más, pero tampoco sé cómo decírtela. Mira, algunos fantasmas ni se van ni desaparecen, sino que te buscan...
Nunca hemos sido buenos para despedirnos ¿verdad? A la fecha no te he dejado marchar del todo y, créeme, eres tu el que me mantiene por ahí de cierta forma.
Nunca fuimos buenos para despedirnos, pero ha llegado la hora de decir adiós... Al menos por el momento.
Era su voz, aún deformada por el aparato telefónico, a quince años de distancia; era su voz. Incluso su manera de hablar, los suspiros que suplantaban silencios, la risita incómoda cuando no sabía qué decir o cómo decirlo.
Recordaba la conversación; una llamada telefónica cuando él, en una de sus constantes ausencias, se encontraba lejos de la ciudad, trabajando. Una amiga mutua había muerto, lo recuerda, y él se reprochaba no haber estado ahí en los últimos momentos.
Se escuchó detenerse la grabadora y Erick tomó de nuevo la voz.
Volveré a comunicarme, es peligroso hablar demasiado tiempo... Incluso así, incluso si ellos no saben aún que usted sabe.
Héctor, de manera automática, sacó el mini-cassette de la grabadora y lo guardó en su mochila. Salió del departamento sin cerrar la puerta y bajó corriendo las escaleras.
Diana, a fuerza de convivir con Héctor, ha desarrollado un cierto nivel de tolerancia hacia sus excentricidades. Aún así hay días, como éste, en que la sorprende.
Mientras lo mira ir y venir a lo largo de la casa, desordenando cajones, sacando cosas largamente guardadas y murmurando incoherencias; Diana se preocupa y disgusta alternativamente.
En el suelo termina el jarrón que trajeron de su primer viaje juntos fuera del país; otros trozos de cristal en el piso fueron, en su momento, el regalo de navidad que tanto le costó escoger cuando apenas empezaba a salir con él.
En la recamara, Héctor abre el cajón destinado para la ropa interior de Diana, desordena su contenido y vuelca todas las prendas en el suelo. Abre el armario donde guarda sus trajes (aquellos que nunca se pone, los que huelen a humedad), en fondo, por fin, encuentra la grabadora que usaba cuando estudiante.
No es un gran tesoro, en realidad; una reliquia más digna de un museo que de uso, pero reproduce mini-cassettes. Eso, claro, en el remoto caso de que después de tanto tiempo funcione aún.
Etiquetas: Versiones