miércoles, septiembre 26, 2012

La Otra Versión Número 07 (y sólo me tardé dos meses)

Pues eso, que hemos llegado al número siete... Supongo que debo aclarar algunos puntos...
Cuando originalmente me planteé realizar la historieta sobre esta serie, mi primer idea fue cambiar a los personajes, a fin de poder hacer una historia completamente nueva sobre las peripecias de un grupo de adolescentes en un mundo de magia, dragones y hérores. La idea era cambiarlos, sí, pero dejándolos reconocibles en una especie de gender bender... Es decir, cambiándoles el género. Los protagonistas de este número retoman, con algunos cambios, los primeros diseños que realicé siguiendo esa idea.
Esa era la idea original, pero la tentación de retomar la historia donde la había dejafo la inconclusa serie de animación original me ganó. Finalmente, siempre me ha parecido que las historias tipo Narnia, Peter Pan, la propia serie original y otras muy similares en las que gente normal (mayoritariamente niños o jóvenes) se ve transportada a mundos mágicos, dejan de lado el asunto del "qué pasa después"...
Bueno, ya está... Mucha parrafada, a lo que venimos...

Les recuerdo que esto tiene su génesis
Un cuarto
Un quinto
E, incluso, hasta un sexto...




















Algunos habrán notado, supongo, que este número presenta, incluso desde la portada, referencias a personajes ajenos a la serie y no sólo de comics, sino de cine, literartura y hasta videojuegos... venga, frikipunto a quien pueda localizar al menos cuatro (aunque hay bastantes más)...
Por cierto, hay un nuevo post en el casi olvidado blog de Los Habituales... Y siguiendo con los anuncios; finalmente cedí y me he hecho subculturista... Ahí, a partir del 1° de Octubre, podrán encontrar algunas de las historietas que ya se han publicado en estos bites, en imágenes de menor resolución, pero con un sistema mucho más cómodo de lectura... Además de algunos (que no muchos, pero algo hay) contenidos exclusivos.

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miércoles, septiembre 19, 2012

CAMINANTES



Cada día, madre, su ausencia me pesa. Las cosas de siempre siguen, madre; las calles y su tráfico, el trasporte público ineficiente e insuficiente. Cada día, madre, la ciudad sigue su ritmo, ajena al vacío que la pobla.
                Camino las calles y su tráfico, madre, vivo la ineficiencia del transporte y su insuficiencia. Cada día sigo la ciudad, madre, consciente del vacío que pesa... Sigo en la ciudad, madre; caminando.
                No sé si el punto al que han llegado las cosas, madre, le tendría contenta. La ciudad sigue su camino, indiferente a las pequeñas historias de sus individuos. El país sigue su camino, madre; pareciera a un paso del precipicio y dispuesto darlo... Y, sin embargo, madre, hay otros caminantes.
                No sé si el punto al que han llegado las cosas, madre, la tendría contenta. Pero estoy seguro que vería con una sonrisa a los jóvenes que salen a las calles y las toman. Estoy seguro que vería con simpatía su creatividad, la nueva forma en que hacen las cosas, alejándose de los profesionales del descontento, de quienes capitalizan y se aprovechan de las protestas.
                Me parece, madre, que vería con buenos ojos a estos jóvenes y su constante grito... Porque ellos, como usted a su edad, van aprendiendo a caminar el largo camino hacia el mañana.
                Tal vez de esto se trate todo, madre, de caminar.
                Tal vez por eso sigo a pesar de su ausencia... Permítame corregirme; tal vez por eso sigo, madre, con su ausencia. Porque en el caminar también está usted, madre. Está en mi camino diario por la ciudad, si... Y también, lo sepan ellos o no, en el caminar de estos jóvenes.
                En ellos está usted, madre, y todos los caminantes anteriores.
                Ellos, nosotros, madre, somos la suma de todos los caminantes que nos precedieron; en sus pasos, en nuestros pasos, está también, madre, su caminar pausado... Es tal vez por esos, madre, que cuando camino, cuando acompaño el camino de los otros hacia un mejor mañana, siento más sus presencia y el vacío me pesa menos.

A mi madre
María Teresa Cuéllar Salinas
1950-2011

Mario Satlin Rodríguez
Septiembre de 2012

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miércoles, septiembre 12, 2012

CURIOSIDAD


Tal vez era algo en la forma de moverse; ese andar pausado y seguro. Tal vez era algo en la forma en que miraban al mundo, ya saben; como quien se sabe señor de los territorios por lo que pasa y amo absoluto del lugar en el que eligió vivir. Tal vez era un poco de eso... Tal vez otra cosa.
                Hasta donde es posible saber, siempre hubo animales a su alrededor... No se tome la frase con ironía, el sentido literal lo dan dos gatas que campean a sus anchas en la casa donde nació... Creció mirándolas, aprendió a aventarse, gatear y caminar tratando de alcanzarlas. Buscándolas aprendió a mirar en los lugares más insospechados, en todos los posibles escondites.
                Tal vez, entonces, fueron las gatas las que despertaron esa curiosidad. Tal vez fueron los perros, esos seres extraños que sólo existían fuera de casa, que meneaban la cola con alegría o ladraban con estruendo aterrador.
                Tal vez fueron los otros animales, los otros, los que vivían lejos. Tan lejos que sólo podía verlos en ilustraciones, fotografías y la televisión… O después de un interminable e incómodo viaje, sólo para verlos a través de una ventanilla.
                Tal vez fue todo eso, tal vez algo más...
                Tal vez no es posible saber dónde y cuando nació la curiosidad, la fascinación por los que son diferentes... Tal vez, también, es muy pronto para saber si esa curiosidad se mantendrá. Tal vez es sólo que cada nuevo paso, cada nuevo gesto, cada nueva palabra y sonido es un poco un milagro... Tal vez, sólo tal vez, la curiosidad es compartida. Es también la curiosidad de verte crecer, de verte descubrir el mundo y aprender de ti la nueva forma de verlo.

A Lucio...

Mario Stalin Rodríguez
Septiembre de 2012.

En realidad, hoy habría tocado publicar un texto y dibujo relacionados a la idea que para el reto de hace tres semanas, dio El Jardinero del Kaos... El asunto es que dos fechas familiares se atraviezan ésta y la próxima semana, para después publicar la continuación de lo que debe ser continuado...
Así que, esperando me sepa disculpar por ello, será hasta los primeros días de Octubre en que habré de cumplirle su encargo, Don Alejandro... Eso sí, será matar dos pájaros de un tiro (yo me entiendo y espero que Ud. lo haga... Aunque me sé de un barbón inglés al que probablemente no le va gustar el homenaje).

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miércoles, septiembre 05, 2012

CRIMINALES

Este tema lo propusó Alma Valentina, a quien me une mucho más que la cercanía heredada y con quien, a lo largo de este camino que otros llmana vida, me he ido encontrado de vez en vez.

I
Se regocija… Una línea más.
                El mundo parece sencillo después; no hay imposibles, todo está al alcance de quien se esfuerza… Y las líneas le ayudan con el esfuerzo.
                Se regocija.
                Al fondo, ella, lentamente, alcanza la inconsciencia; un refugio para su cuerpo golpeado.

II
Hace frío.
                Aspira y espanta el entumecimiento de sus miembros. Cerca, en la avenida, a unos pasos, los automóviles pasan indiferentes, a cada aspiración las luces parecen ir más lentas y los claxonazos más lejanos.
                Ella se acurruca, buscando con su cuerpo flaco el calor de su compañero; tirita. Él le ofrece la estopa empapada, pero ella niega, sólo tirita… Él aspira, pero la preocupación no sede.

III
Es un placebo.
                No hay cura, él lo sabe. La quimioterapia falló y la radioterapia no es opción. No, tampoco hay una operación milagrosa en el horizonte, sólo le quedan los placebos.
                Inhala una vez más y el humo impregna las paredes del cuarto con un olor dulzón. Mira la pistola, la acaricia; no se decide… Inhala una vez más.

IV
El automóvil pasa velozmente, tal vez lleva prisa; demasiado tiempo y alcohol en una cantina y la poca paciencia de la familia no son buena combinación.
                El joven lo mira pasar y sigue su camino. Tal vez en la siguiente esquina se tope con la pareja de niños de la calle, piensa el joven, demasiado atolondrados por los solventes para poder moverse rápido. Tal vez, en su prisa, el conductor no alcance a verlos… Tal vez, seguramente, salga huyendo y al otro día atribuya la culpa sólo a la resaca.
                El joven mueve la cabeza para espantar el macabro pensamiento. Es un auto nuevo, sigue pensando… Y caro. Cuando esos autos se ven envueltos en algo, sigue pensando, siempre es el otro el culpable.
                Sigue lidiando para espantar el pensamiento, pero últimamente ve las cosas con demasiado pesimismo, tal vez tenga un poco que ver con haber perdido el trabajo… Sólo tal vez.
                La patrulla se detiene junto a él, no se sorprende, siempre es más fácil detener a quien camina con las manos en la bolsa que a un conductor en un automóvil caro y a toda velocidad…

Mario Stalin Rodríguez

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