miércoles, diciembre 25, 2013

LUTO

el tiempo, el asesino y la prisa

Un año.
            Un año le tomó a la administración de Enrique Peña Nieto acabar con las conquistas sociales, económicas y laborales obtenidas, no sin sacrificios, desde los tiempos posrevolucionarios y hasta la década de los 80 del siglo pasado.
            Un año... Aunque, tal vez, no tan poco.
            En realidad, el lento asesinato del Estado social en México inicia mucho antes de la llegada del triste títere a la silla presidencial. Resulta de perogrullo resaltar que las reformas neoliberales inician con la administración de Miguel de la Madrid, descarándose en el salinato y el zedillato y asentándose durante las dos administraciones panistas.
            En esta lógica, las llamadas reformas estructurales de la actual administración, no son sino la continuación lógica de la larga cadena de ignominia. Un proceso continuado, multifacético y con múltiples frentes. Un proceso que sigue y que sería peligroso creer concluido.
            Así, la destrucción de la educación pública (Reforma Educativa), de las posibilidades de una organización sindical fuerte (Reforma Laboral) y de la rectoría del Estado sobre la industria energética (Reforma Energética), son únicamente pasos en el asesinato del concepto de Estado-nación, pero en ningún momento su culminación.

Queda escrito, ni siquiera es Peña Nieto el verdadero artífice de estas reformas, él es, a lo mucho, la máscara que los poderes fácticos han colocado al frente; una triste marioneta sin más luces intelectuales que las que le proporcionan los reflectores de quienes realmente están detrás de lo que ocurre.
            La entrega de los recursos energéticos del país no sería posible, si antes no hubieran desprestigiado la posible respuesta social a través del desprestigio a las movilizaciones magisteriales en contra de la reforma Educativa. Así mismo, este desprestigio no habría sido posible si Calderón no hubiera puesto en entredicho el poder sindical, destruyendo al SME con la desaparición de Luz y Fuerza del Centro... Y así.
            Tan fatalista como suena, los verdaderos poderes de México llevan años, décadas, construyendo la destrucción del Estado nacional en México; construyendo una realidad de artificio y proyectándola, todos los días y en horario estelar, al imaginario social.
            Así, la llamada alternancia en el poder es demostrativo de que la democracia funciona; los artificiales debates en las cámaras legislativas dan una idea errónea de una pluralidad inexistente e, incluso, se permiten la ilusión de “ceder” a “presiones sociales” controladas y previstas (eliminación de impuestos absurdos en la Reforma Fiscal).
            Si los mecanismos de la democracia funcionan, dicen a través de esta estrategia, quienes se oponen a las decisiones del gobierno son “intolerantes”, “fatalistas” y “flojos” que, por supuesto, “obedecen a intereses  oscuros”.
            La táctica parecería exitosa, tanto que incluso voces presuntamente opositoras repiten el argumento. Aunque, claro, estas voces son sólo parte del mismo plan (PRD).
            La táctica parecería exitosa... Y, sin embargo…


Mario Stalin Rodríguez

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miércoles, diciembre 18, 2013

ANORMALIDAD

Para mi hermana, Nora Adela Cuéllar Salinas
que un día me preguntó ¿qué es la locura?

Locura.
El Quijote se lanza contra los molinos de viento, él dice que son gigantes. Dice la gente que estaba loco.

Locura.
            El rey expulsó a la bruja del reino. En venganza ella envenenó el agua del pozo, quien la bebiera se volvería loco... El pueblo enloqueció, todos menos el Rey que tenía su propio pozo para uso personal.
            El reino está preocupado; el rey no usa pollos crudos en la cabeza, el rey no cambia la ortografía aleatoriamente cuando escribe. El reino está preocupado; el rey se ha vuelto loco.

Locura.
            Sobre la población indefensa de Hiroshima, un día de agosto, un átomo se rompe y la muerte estalla. Más de un millón de personas mueren en un parpadeo, la mayoría de los sobrevivientes enfrentarán la lenta y dolorosa muerte del envenenamiento radioactivo.
            El ataque sobre la población indefensa de un país militarmente derrotado fue ordenado por Rossvelt, dice la gente que fue un gran estadista.

Locura.
            Santiago de Chile, 1973. El estadio de Fútbol es un campo de concentración, en él son retenidos los opositores, los izquierdistas, los anarquistas, los pacifistas, los distintos. A Victor Jara le cortan las manos y la lengua, las violaciones tumultuarias por parte de los militares se suceden con fatal frecuencia. Los hombres son arrojados al mar desde helicópteros.
            Todo fue ordenado por el usurpador Pinochet... Aún hoy, en Chile, hay quien dice que era necesario.

Locura.
            Pedro nunca ha hecho daño a nadie, al menos que se considere el aroma corporal como agresión. Camina por las calles discutiendo con nadie en particular, empuja una carreola con sus tesoros; el pañuelo que una mujer tiró descuidadamente, el dulce que un niño le regaló, el suéter que la joven se quitó una fría tarde de invierno y le regaló, una corcholata que brilla como estrella si la ves desde el ángulo adecuado.
            La gente le mira pasar y lo evita frunciendo el seño, saben que está loco.

Locura.
            Don Joaquín es un hombre respetable. Cada mañana a las siete exactas toca el marco del espejo de su cuarto 12 veces contadas. Cada tarde a las cinco exactas, independientemente de donde esté, recita el versículo 12 de San Mateo. Cada noche a las nueve exactas hace el amor con su esposa.
            Don Joaquín es un hombre respetable, dice la gente que es un poco excéntrico.


Mario Stalin Rodríguez

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miércoles, diciembre 11, 2013

MANCERA EN SU LABERINTO 02

Sí, lo sé, ya había usado antes esta imagen...
La reciente aprobación en la Cámara de Diputados de la Ley de Regulación de Manifestaciones en el Distrito Federal pereciera el regalo que los legisladores federales del PRI, PAN y PVEM hacen al Jefe de Gobierno de la Capital, Miguel Ángel Mancera, por el apoyo que este ha brindado a la hora de contener y reprimir las protestas en contra de las distintas reformas (laboral, educativa, fiscal, política y energética) que se han impuesto a través de los bastardos mecanismos del supralegal Pacto por México.
            En términos generales, la ley aprobada el pasado 10 de Diciembre sin discusión en la Cámara de Diputados, obliga a los posibles manifestantes a solicitar el permiso de las autoridades capitalinas, con al menos 48 horas de anticipación, para realizar una movilización extremadamente limitada en cuanto a horario y rutas posibles, comprometiéndose, además, a no bloquear por completo ninguna arteria vial primaria o secundaria. Además, ilegaliza manifestarse ante medidas aprobadas por las autoridades locales o federales. Es decir; en los hechos, suprime el derecho de manifestación en la capital de la República.
            Si bien es cierto que, como queda anotado, la ley fue aprobada por las bancadas de los partidos enumerados y la oposición de los partidos de izquierda que apoyaron a Mancera durante la elección local de 2012 y que, incluso, el PRD capitalino se ha pronunciado directamente en contra (no así el Jefe de Gobierno). También es cierto que dicho dictamen refleja en mucho la posición que el gobernante capitalino ha ido fijando sobre las movilizaciones de protesta a lo largo de su primer año de mandato.

No es éste el único paralelismo extraño que se ha podido observar entre las políticas asumidas por la administración capitalina y los intereses de los partidos afines al Gobierno Federal.
            En días recientes, mientras en la Cámara de Senadores se fingía discutir la Reforma Energética y, por medio de ella, la entrega de la riqueza petrolera a las grandes trasnacionales. Por medio de una estrategia francamente absurda, Mancera fingía muy groseramente una consulta encaminada a aumentar en un 66% el costo del Metro en la capital.
            Al margen de la dudosa veracidad de los argumentos esgrimidos para justificar el aumento, la estrategia elegida parecía mucho más encaminada a provocar protestas que a, efectivamente, defender la necesidad de éste.
            Es decir, pareciera que la estrategia y el momento elegidos para anunciar el aumento del precio de viajar en este trasporte colectivo, estaba pensada para distraer la atención de lo que sucedía en el Congreso Federal.

Al señalar estos paralelismos no sugiero que esta hipótesis sea cierta… Pero Mancera no parece dispuesto a emprender ninguna acción que la desmienta.

Mario Stalin Rodríguez

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jueves, diciembre 05, 2013

Interrupción Momentánea

Pues eso; mucho trabajo, muchos pendientes, poco tiempo y poca inspiración... La próxima semana retomamos.

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