jueves, julio 31, 2014

CÓMPLICES

Se me acaban las palabras; no tengo términos para el sinsentido que se perpetúa.
            Las imágenes siguen mostrando a niños, mujeres e inocentes desmembrados, ensangrentados; muertos por la ambición de quien se esconde detrás de “guerra más justa”, como si pudiera haber un rastro de justicia en el exterminio de todo un pueblo.
            Se me acaban las palabras... Y las muertes siguen... En el fondo, somos nosotros un poco sus asesinos.

Es nuestro silencio lo que nos hace cómplices del criminal... Y es sólo rompiéndolo que empezaremos a detener la ignominia...


Mario Stalin Rodríguez

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martes, julio 22, 2014

CAMINOS

cambios

Tal vez lo sepas, tal vez te lo he dicho de otra manera y por otros medios... Pero, tal vez, será que no te lo he dicho y será que quiero que lo sepas; te miro crecer y construirte y me maravillo.
            Me gusta mirar conforme vas transformándote en una mayor versión de ti misma... No mejor, no peor; distinta.
            Te miro cambiar y reafirmarte, es decir; ser tú de forma distinta, coherente.

Y será que a veces admiro todo esto en lo que vas inventándote un poco desde lejos... Será porque a veces caminas caminos que los otros, nosotros, no hemos pisado y en los que nuestra experiencia es limitada.
            Porque de caminos se trata todo esto.
            No sé si te lo he dicho; somos el camino que recorremos y somos, también, la forma en que lo caminamos y, sobre todo, la forma en la que lo transformamos... Si, como dijo el poeta alguna vez, no hay camino y hacemos camino al andar; al andar vamos transformándonos, construyéndonos.

Y tú caminas caminos que nunca he andado.
            Te construyes de forma distinta a mi experiencia y te transformas en una mayor versión de ti misma... Y yo te miro caminar, maravillado.

Mario Stalin Rodríguez
A mi hermana Cecilia

Que camina, corre y algunas veces, como hoy; vuela.

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jueves, julio 17, 2014

DANZA

lecciones para despertar

Enfrentar este mundo me es difícil, lo sabes.
            Abrir los ojos temprano en la mañana e ir pensando poco a poco en lo que espera en el día; las calles atestadas, el tráfico lento, el tiempo que trascurre como en un mar de brea, la gente... Sobre todo la gente; la marea interminable de rostros, a veces hostiles, otras amigables, la mayoría indiferentes. La gente, sobre todo la gente.
            Entonces, lo sabes, busco quedarme en el refugio; esconderme entre cuatro paredes y aislarme... Pero, lo sabes, ni el refugio es refugio ni en él puedo quedarme.

Te contaré un secreto; sé cómo enfrentarme al mundo.
            En realidad es sencillo, me basta con pensar un poco en lo que me espera en el día; las calles, el tráfico, el tiempo y la gente... Sobre todo la gente, pero no toda la gente; sólo algunas personas.
            Voy pensando en la danza de los días y la forma, a veces mágica, en la que ésta no lleva a encontrarnos, a veces, con quienes hacen que el día tenga sentido... La danza, sobre todo la danza... Y, lo sabes, no es que sea el mejor bailarín o me guste, siquiera, bailar... Pero la danza me ayuda a enfrentarme al mundo y eso es sólo porque tú bailas.
            Cuando bailas, tu danza le da sentido al mundo.

Te contaré un secreto; sé cómo enfrentarme al mundo.
            Es sencillo, cierro los ojos y te miro bailar...

Mario Stalin Rodríguez
A mi hermana Nora

Porque baila y hoy sus pasos la llevan a tierras lejanas, a construir realidades con sueños; que es la mejor manera de construir realidades.

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jueves, julio 10, 2014

La Otra Versión 14

Bueno, pues me he tardado sólo casi un mes y medio, lo cual no sería un mal ritmo de aquí en adelante sino fuera porque no puedo garantizar que el trabajo por el que me pagan me deje seguir así mucho más... En fin, recuerden que esto viene de por aquí:
00, 01, 02, 03, 04, 05, 06, 07, 08, 09, 10, 11, 12 y 13










Y ya... Esto continuará cuando continúe... Espero que sea pronto.

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miércoles, julio 02, 2014

COMPAÑÍAS

esto no es un poema

Digamos, mujer,
que nunca nos buscamos.
Ni tú esperabas encontrarme,
ni yo buscaba a alguien así.

Digamos, mujer,
que fuimos inesperados...

Y digamos también,
que no sé escribir poemas.
No hay aquí rimas
ni métrica.

Lo que sí hay, mujer,
es una compañía...

No es, tal vez,
la más mítica de ellas.
Tampoco es, no lo dudes,
la mayor historia de pasión.

Lo que es, mujer,
una compañía inesperada...

Decía, mujer,
que nunca nos buscamos.
Pero nos encontramos;
tú a mí, yo a ti.

Así surgió, mujer,
esta inesperada compañía...

Seguimos, mujer,
encontrándonos en el día a día.
Tú en mí, yo en ti;
encontrando el nosotros.

Es decir, mujer;
construyéndonos en nosotros...

A Jessica, casi tres años después.

Mario Stalin Rodríguez.

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